Diseño de Vitrales Personalizados
Historia del Vitral en México
Todos hemos disfrutado alguna vez de la fiesta de luz y colorida de un vitral artístico, un arte que se remota a la edad media y que ha tenido en México ricas manifestaciones que ocupan un lugar muy importante en la arquitectura y la decoración contemporánea. Hay que destacar que la mayoría de ellos son instalados en templos y antiguos edificios religiosos, pero muchos otros adornan construcciones públicas, hoteles, museos, restaurantes y residencias particulares.
Quizá el resurgimiento más notable del vitralismo tuvo lugar a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando este mágico instrumento transforma la luminosidad en colores y el hombre descubrió que ciertos materiales permitían el paso de la luz que variaba en la intensidad durante el transcurso del día. Además, encontró en los vitrales un medio que se prestaba perfectamente a la representación de la figura femenina y flores. Louis Comfort Tiffany, un diseñador y decorador norteamericano, quién hizo el mayor aporte, al introducir un nuevo tipo de vidrio iridiscente, de bellos colores y acabado satinado.
Una magnífica prueba de estas últimas es el maravilloso telón de vidrio que decora y cubre el escenario del teatro del Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México.
La técnica del vidrio llegó a estas tierras mucho antes, donde un español llamado Rodrigo Espinosa instaló en Puebla el primer taller para fabricar vidrio soplado. Después siguieron otras fábricas, principalmente en Texcoco y Guadalajara, además cabe mencionar que la arquitectura porfiriana fue un soporte muy adecuado para el empleo del vidrio con el fin de dar iluminación a los espacios.